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Recursos Humanos frente a la IA: cuando el criterio humano se vuelve estratégico

La adopción de inteligencia artificial en Recursos Humanos avanza con rapidez, pero su verdadero impacto depende de la supervisión ética, la gobernanza y la preparación de quienes la utilizan.

La jornada laboral en Recursos Humanos ya no comienza revisando correos o hojas de cálculo. En muchas organizaciones, los equipos inician el día frente a paneles inteligentes que muestran indicadores clave, anticipan riesgos de rotación, sugieren acciones de desarrollo y apoyan la toma de decisiones. La inteligencia artificial se ha integrado a procesos como atracción de talento, selección, onboarding y formación, convirtiéndose en una aliada para ganar eficiencia y precisión en la gestión del capital humano.

Este avance, sin embargo, no está exento de desafíos. Aunque la IA puede reducir tiempos y costos de contratación, optimizar el matching de perfiles y personalizar la experiencia del colaborador, también abre interrogantes sobre sesgos, transparencia y uso responsable de los datos. Cada vez más organizaciones comprenden que la tecnología no debe decidir por sí sola: propone, analiza y predice, pero la validación final debe permanecer en manos de los equipos de Recursos Humanos.

Por ello, la conversación se desplaza de la innovación tecnológica hacia la gobernanza. Auditorías de algoritmos, comités éticos, alfabetización en IA y políticas claras de supervisión se vuelven indispensables. Organismos como la Organización Internacional del Trabajo han advertido que una adopción sin criterio puede debilitar la gestión del talento en lugar de fortalecerla. En este contexto, el reto para RH no es aprender a usar inteligencia artificial, sino aprender a cuestionarla, supervisarla y alinearla con valores humanos. Porque, al final, la tecnología procesa datos; Recursos Humanos sigue gestionando personas.