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Psicosis de la IA: cómo enfrentar este nuevo reto desde el ámbito laboral
La “psicosis de la IA” es una nueva preocupación en salud mental. Descubre qué significa, cómo afecta a los colaboradores y qué medidas pueden implementar las empresas para proteger el bienestar en entornos laborales digitalizados.

La irrupción de la inteligencia artificial (IA), y en especial de la inteligencia artificial generativa (GenAI), ha transformado radicalmente la forma en que trabajamos. Automatización, asistentes virtuales, análisis predictivo y generación de contenido son solo algunas de las tareas que hoy dependen de algoritmos. Pero junto con estos avances tecnológicos ha surgido un nuevo fenómeno que empieza a atacar de forma silenciosa: la psicosis de la IA.
No se trata de ciencia ficción. Es un término que ya se está utilizando para describir el desequilibrio emocional, la ansiedad crónica y el desgaste mental que sufren algunas personas al verse constantemente rodeadas de herramientas inteligentes, sin comprender del todo su funcionamiento, su impacto en su empleo o su papel dentro del equipo.
Este fenómeno no es casual. El uso empresarial de la IA ha crecido de forma sostenida al pasar de un 20% en 2017 al 78% en 2024, lo que revela una aceleración sin precedentes y una confianza generalizada en estas tecnologías.
Tan solo en 2023, el 33% de las organizaciones adoptó GenAI, cifra que subió al 65% en marzo de 2024 y alcanzó el 71% en julio del mismo año. Y esto apenas comienza: se estima que el 50% de las empresas usará agentes inteligentes en 2027.
Esta sobreexposición ha traído consigo un nuevo tipo de agotamiento: el estrés tecnológico, una sensación constante de tener que adaptarse, entender y dominar sistemas que avanzan más rápido que nuestra capacidad de asimilarlos.
El otro impacto de la IA: riesgos de sobreexposición, ansiedad y estrés tecnológico
La integración masiva de la IA ha creado un entorno donde la presión por mantenerse actualizado puede ser abrumadora. Esto se traduce en sensaciones de incompetencia, miedo al reemplazo, hiperconectividad y ansiedad por no “seguirle el paso” a la tecnología.
En este año, se estima que entre 115 y 180 millones de personas utilizan IA generativa a diario en el mundo. En Estados Unidos, el 27% de los adultos afirma interactuar con estas tecnologías varias veces al día, y casi el 40 % de quienes tienen entre 18 y 64 años las usan regularmente para fines laborales. En países como India, el uso alcanza al 73% de la población adulta. Es decir: ya no es una herramienta futura, es una constante presente.
En este escenario, el cerebro humano no siempre responde con entusiasmo. Por el contrario, puede verse saturado, distraído o emocionalmente bloqueado. Los síntomas más comunes del estrés tecnológico asociado a la IA incluyen:
Fatiga cognitiva
Sensación de obsolescencia personal
Irritabilidad o ansiedad frente a nuevas herramientas
Dificultades para desconectarse de lo digital
Pérdida de confianza en el propio criterio frente a respuestas automatizadas
Cómo identificar señales de alerta en el entorno laboral
Para los líderes de Recursos Humanos y Seguridad e Higiene, detectar estas señales tempranamente puede marcar la diferencia entre prevenir un problema o enfrentar una crisis de salud mental.
Algunas situaciones frecuentes que pueden indicar afectación por sobreexposición a IA son:
Colaboradores que evitan tareas asociadas a herramientas inteligentes
Quejas constantes por falta de claridad en procesos digitales
Cambios de humor o de rendimiento tras nuevas implementaciones tecnológicas
Dificultad para tomar decisiones sin consultar herramientas automatizadas
Aislamiento o desconexión emocional del equipo
Es importante entender que no todos los síntomas son expresados abiertamente. En muchos casos, lo que aparece como desmotivación o bajo desempeño es en realidad una sobrecarga emocional no atendida.
Medidas prácticas desde la empresa: qué hacer y cómo implementarlo
Las empresas juegan un papel fundamental en la prevención de la psicosis por la IA, no solo como adoptantes de tecnología, sino como responsables del entorno emocional en el que sus colaboradores conviven con ella. Aquí algunas acciones prácticas para prevenir la sobreexposición.
1. Capacitación con enfoque humano
No basta con entrenar al personal en el uso técnico de una herramienta. Hay que acompañar emocionalmente el cambio, explicar el propósito, resolver dudas sin juicio y reforzar la idea de que la IA es un complemento, no un reemplazo.
2. Pausas digitales y desconexión saludable
Incluir en las rutinas pausas activas lejos de pantallas, fomentar la desconexión fuera del horario laboral y evitar el exceso de automatización en tareas que requieren criterio humano. La pausa no es improductividad, es recuperación.
3. Protocolos de salud mental adaptados a la era digital
Incluir dentro de los planes de salud ocupacional la atención al estrés tecnológico, con recursos como acompañamiento psicológico, líneas de ayuda y evaluaciones periódicas del impacto emocional de las herramientas digitales.
4. Promover una cultura de confianza
Cuando los colaboradores sienten que pueden expresar sus dudas o dificultades sin ser juzgados, se reduce la ansiedad asociada al cambio tecnológico. La empatía también es una estrategia de innovación.
5. Diseñar entornos híbridos que prioricen la interacción humana
No todo puede resolverse con un algoritmo. Fomentar espacios de colaboración cara a cara, talleres presenciales, encuentros informales y dinámicas en equipo permite equilibrar la automatización con la conexión humana. Las personas necesitan sentirse parte de una comunidad, no solo de un sistema.
6. Evaluar el impacto de la IA desde el área de bienestar organizacional
Antes de implementar una nueva herramienta inteligente, es clave evaluar su impacto emocional, cognitivo y relacional en los equipos. Recursos Humanos y Salud Ocupacional deben participar activamente en estas decisiones, para anticipar riesgos y diseñar estrategias de acompañamiento desde el inicio.
La inteligencia artificial llegó para quedarse, y bien usada puede ser una poderosa aliada para la productividad, la creatividad y la innovación. Pero si no se gestiona con responsabilidad, también puede convertirse en una fuente de malestar y desconexión humana.
💚 En Welbe, entendemos que cuidar la salud mental en entornos cada vez más digitalizados es una prioridad estratégica. Por eso, integramos soluciones tecnológicas, médicas y emocionales para ayudar a las empresas a construir entornos laborales sanos, humanos y sostenibles, donde la IA potencie —y no desgaste— el talento.
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