Lo que no se mide, se paga: el impacto oculto de las lesiones laborales

Prevenir o pagar: el costo silencioso de las lesiones músculo-esqueléticas en las empresas mexicanas

Las lesiones músculo-esqueléticas (LME) son uno de los problemas más comunes y menos visibilizados, dentro del entorno laboral. Aunque no siempre generan reportes inmediatos, su impacto económico, humano y operativo se acumula con fuerza, afectando tanto a los trabajadores como a las estructuras financieras de las organizaciones.

La dimensión del problema

En 2023, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) registró más de 16.9 millones de días laborales perdidos por riesgos de trabajo y destinó $6,411 millones de pesos en incapacidades temporales. Estas cifras reflejan una realidad persistente en industrias como la manufactura, donde el trabajo físico y repetitivo representa una fuente constante de riesgo.

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El costo de no actuar

Capacitar a 100 personas en ergonomía, pausas activas y rediseño de estaciones de trabajo cuesta aproximadamente $150,000 MXN. Esa inversión es cinco veces menor al impacto económico que representa no intervenir. La prevención no es un gasto operativo, sino una estrategia que permite reducir riesgos, mejorar condiciones laborales y evitar la acumulación de costos invisibles.

El impacto en las primas de seguro

Las aseguradoras también interpretan el ausentismo como una señal de riesgo. En la última década, el costo promedio por siniestro médico aumentó un 419%, pasando de $34,000 a más de $177,000 MXN por caso. Las primas de seguros de gastos médicos mayores se incrementan entre 22 % y 26 % cada año. Este aumento no ocurre al azar: la siniestralidad y las incapacidades recurrentes influyen directamente en la forma en que las aseguradoras calculan sus riesgos y ajustan precios en renovaciones de pólizas empresariales.

La Ley Silla como punto de partida

La reciente incorporación de la Ley Silla no debe verse solo como un mandato legal, sino como una oportunidad para repensar el entorno laboral. Esta medida busca garantizar condiciones mínimas de respeto físico al personal operativo, pero también invita a evaluar con mayor profundidad las dinámicas ergonómicas y los espacios de trabajo.

Integrar evaluaciones ergonómicas, tecnología para monitorear esfuerzos físicos, plataformas de medición de síntomas y programas educativos son pasos clave para reducir significativamente el impacto de las LME.

De la estadística a la decisión

Las cifras son claras. Las organizaciones que no priorizan la salud músculo-esquelética están asumiendo un costo que puede evitarse con planificación, tecnología y formación continua. La diferencia entre reaccionar ante una incapacidad y anticiparse con datos no solo cambia resultados económicos, también transforma culturas laborales.

Desarrollar una estrategia preventiva no requiere un cambio radical de un día para otro, pero sí voluntad de empezar. Desde la adecuación de turnos, hasta el rediseño de estaciones de trabajo y el uso de herramientas de análisis ergonómico, prevenir es hoy una acción concreta con resultados medibles.

Datos en Acción

¿Están las empresas preparadas para medir sus riesgos laborales?

De acuerdo con una encuesta de la semana pasada, encontramos que solo el 37.5 % de las empresas cuenta con un sistema de evaluación interno para medir, monitorear o intervenir riesgos laborales. Mientras tanto, un 62.5 % no ha implementado una estrategia concreta, aunque dentro de este grupo, un 25 % ya está evaluando opciones, lo que indica una apertura al cambio.

Solo el 12.5 % trabaja actualmente con un proveedor externo especializado, lo que sugiere que el acompañamiento técnico todavía no está del todo integrado en los modelos de prevención empresarial, a pesar del contexto de aumento en lesiones músculo-esqueléticas, días perdidos y primas de seguro médico.

Estos datos revelan una madurez dispareja en la gestión preventiva. Mientras algunas empresas han logrado estructurar internamente sus procesos de evaluación, una parte significativa aún opera sin una herramienta clara de diagnóstico o monitoreo.

Esta situación representa tanto un riesgo como una oportunidad. En un entorno donde las regulaciones (como la reciente Ley Silla) comienzan a empujar transformaciones reales en los centros de trabajo, es momento de ir más allá del cumplimiento mínimo. La integración de sistemas de medición, análisis de datos ergonómicos y herramientas de prevención digitalizadas se convierte en el siguiente paso lógico para anticiparse a los riesgos, reducir costos operativos y mejorar las condiciones laborales.

El reto no es solo implementar tecnología: es asumir que medir es cuidar, y que sin visibilidad no hay prevención efectiva.

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Dr. Pablo Cerón López 

Es un profesional médico con una sólida trayectoria en salud ocupacional y bienestar corporativo. Actualmente, se desempeña como Coordinador de Salud en Viva Aerobús, donde lidera iniciativas clave para promover la salud física y mental del personal técnico aeronáutico y operativo.​

Su experiencia incluye roles como médico clínico, coordinador médico de hospitalización y quirófanos, y líder en programas de bienestar y salud laboral. Además, ha participado activamente en el Subcomité de Medicina de Aviación de la Agencia Federal de Aviación Civil, contribuyendo a la definición de indicadores y estrategias para fortalecer la seguridad operacional en la industria aérea mexicana.

El Dr. Pablo es reconocido por su compromiso con la prevención, la promoción de la salud y la implementación de prácticas médicas que garantizan la seguridad y el bienestar del personal aeronáutico.​

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