En México, más del 45% de la fuerza laboral trabaja de pie durante toda su jornada, muchas veces sin descanso, sin respaldo y sin protección. La entrada en vigor de la Ley Silla marca un antes y un después en la salud ocupacional del país: obliga a los empleadores a ofrecer sillas adecuadas cuando la naturaleza del trabajo lo permita, especialmente en sectores como comercio, vigilancia y servicios.
Pero esta ley no solo busca evitar sanciones: también representa un primer paso para prevenir lesiones, reducir el ausentismo y rediseñar los entornos laborales con una visión ergonómica.
En esta edición, exploramos el origen y propósito de la Ley Silla en México, sus implicaciones para las empresas, lo que ha funcionado en otros países, y cómo todo esto se relaciona directamente con la productividad, los costos operativos y la gestión del talento.
La Ley Silla no surge de la nada: es la respuesta a décadas de normalización de condiciones laborales donde el cuerpo se desgasta en silencio. En muchos sectores, especialmente en comercio, servicios y vigilancia, trabajar de pie toda la jornada sin descanso ha sido la norma.
Inspirada en normativas de países como Chile (1914), Israel (2007) y estados como California, EE.UU., esta ley busca prevenir los efectos acumulativos de jornadas prolongadas sin descanso: fatiga crónica, várices, dolores lumbares, túnel carpiano y, en consecuencia, ausencias, bajo rendimiento y rotación constante.
En su esencia, la Ley Silla humaniza el trabajo: reconoce que no hay eficiencia posible si el cuerpo está al límite.
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Obliga a empresas a proveer sillas con respaldo a todo el personal, cuando el puesto lo permita.
Aplica a todos los sectores y tamaños de empresa, con énfasis en comercio, servicios y vigilancia.
La STPS fiscalizará su cumplimiento, y las multas pueden llegar a superar los $500,000 MXN.
Pero la Ley Silla es la punta del iceberg. La verdadera transformación radica en empezar a medir, prevenir y rediseñar los espacios de trabajo desde una visión ergonómica.
En Israel, tras implementar el derecho a sentarse, se redujeron demandas laborales por fatiga y mejoró la satisfacción del personal de tiendas.
En Reino Unido y España, la legislación obliga desde los años 90 a ofrecer descansos y mobiliario ergonómico. Los días de baja se han reducido, y los empleadores reconocen mejoras en eficiencia.
En California, Walmart tuvo que pagar $65 millones de dólares tras negar sillas a su personal. ¿El resultado tras el cambio? Productividad constante, mejor atención al cliente y menor rotación.
No se trata solo de una silla.
Esta nueva ley es apenas el primer paso hacia una transformación más profunda:
pasar de una cultura del aguante a una cultura del cuidado.
Si realmente queremos transformar la salud ocupacional en nuestro país, necesitamos empezar por medir el impacto, visibilizar los riesgos cotidianos y, a partir de esa información, rediseñar los entornos laborales para cuidar a quienes hacen posible cada operación.
En países como el Reino Unido, donde sí se mide el impacto de la ergonomía, los trastornos musculoesqueléticos (TME) —provocados por factores como estar de pie durante largas jornadas, posturas forzadas, estaciones de trabajo mal diseñadas o falta de pausas activas— causaron la pérdida de 7.8 millones de días laborales en 2023.
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En nuestra encuesta anterior te preguntamos: “¿Tu empresa está midiendo el impacto y el retorno de inversión (ROI) de sus iniciativas de salud?”
Descubrimos que el 77% de las empresas aún no cuenta con una medición adecuada del ROI en salud ocupacional.
Eso significa que 7 de cada 10 decisiones podrían estar basadas en suposiciones, no en datos.
Medir correctamente el retorno de tus iniciativas no solo mejora la inversión, también te da visibilidad real sobre productividad, ausentismo y rotación.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha desarrollado una innovadora herramienta basada en inteligencia artificial que permite predecir la respuesta de pacientes con melanoma a la inmunoterapia.
A través del análisis de células inmunitarias en biopsias, esta tecnología ayuda a identificar qué pacientes podrían beneficiarse más del tratamiento, optimizando decisiones clínicas y marcando un paso clave hacia la medicina personalizada en México. Esta solución representa un avance importante frente a un tipo de cáncer con alta mortalidad en etapas avanzadas.
Dr. Leonardo D Rodríguez
Médico Cirujano por la UNAM y Maestro en Seguridad e Higiene Ocupacional por la STPS, el Dr. Leonardo D. Rodríguez cuenta con más de 15 años de experiencia en la prevención de enfermedades laborales en sectores industriales, tanto administrativos como operativos. Actualmente, lidera estrategias de salud ocupacional en Grupo AlEn, donde impulsa entornos de trabajo seguros y alineados a los más altos estándares regulatorios.
Es fundador de Medicbi, empresa que integra tecnología, inteligencia artificial y cumplimiento normativo para ofrecer soluciones integrales en salud laboral. Además, es conferencista activo en temas de prevención, ergonomía y futuro del trabajo, posicionándose como una de las voces clave en la evolución de la salud ocupacional en México.
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