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IA + baja seguridad psicológica = más riesgo de depresión

Un estudio reciente revela cómo la adopción de IA puede reducir la seguridad psicológica de los equipos —y, con ello, aumentar síntomas depresivos— si RH no acompaña el cambio con liderazgo ético y estrategias de bienestar.

La IA está reconfigurando tareas, decisiones y estructuras internas, pero su impacto más delicado no está en los flujos de trabajo, sino en las personas. Una investigación internacional detectó que, cuando las organizaciones integran IA sin acompañamiento humano, los colaboradores dejan de sentirse seguros para expresar preocupaciones, pedir apoyo o asumir riesgos interpersonales.

Esa pérdida de seguridad psicológica actúa como un puente directo hacia mayores niveles de depresión. Para RH, esto implica un nuevo frente de riesgos psicosociales que no aparece en dashboards tradicionales.

Lo más revelador del estudio es que la IA no causa depresión por sí misma; lo que la detona es cómo se vive la transición. Cambios acelerados, roles inciertos, decisiones opacas y menor interacción humana pueden hacer que los equipos se sientan prescindibles o vigilados.

Aquí es donde RH adquiere un rol decisivo: la investigación demuestra que el liderazgo ético —esa mezcla de transparencia, justicia y comunicación clara— amortigua significativamente el impacto psicológico de la automatización. Cuando los líderes explican el “por qué” y “para qué” de los cambios, involucran a las personas y escuchan sus inquietudes, la IA deja de percibirse como amenaza.

El estudio también abre un punto clave para 2026: la IA no tiene por qué deteriorar el bienestar; de hecho, bien implementada puede reducir carga, eliminar tareas tediosas y liberar tiempo para trabajo significativo. La diferencia la marcará la estrategia de RH: cómo comunica, cómo acompaña, qué indicadores prioriza y qué medidas toma para preservar la seguridad psicológica. La transformación digital no es solo tecnológica; es emocional, cultural y humana. RH está en el centro.