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Hombro doloroso: nuevo frente de batalla en salud laboral

El IMSS presentó un Protocolo de Atención Médica con 18 acciones para atender el hombro doloroso, una de las principales causas de consulta ambulatoria y una fuente significativa de ausentismo en México. El padecimiento está estrechamente ligado al trabajo repetitivo, las cargas físicas y la falta de ergonomía, factores que requieren una participación estratégica de las empresas y de Recursos Humanos.

El nuevo protocolo del IMSS marca un cambio relevante en la atención de un problema que afecta tanto la salud como la productividad laboral. El hombro doloroso —producto de tendinopatías, bursitis, sobreuso y posturas inadecuadas— limita la movilidad, genera discapacidad moderada en la mayoría de los casos y, de acuerdo con la evidencia clínica reciente, representa casi un tercio de las afecciones musculoesqueléticas atendidas en unidades médicas.

Con la colaboración de especialistas en medicina familiar, rehabilitación, ortopedia, psicología y salud laboral, el PAI busca intervenir antes de que el daño avance y se traduzca en incapacidad.

Para el talento en edad productiva, el padecimiento es especialmente crítico. El protocolo destaca que se presenta con frecuencia en trabajadores entre 42 y 55 años, en labores con movimientos repetitivos, jornadas prolongadas o carga física constante, así como en personas con sedentarismo u obesidad.

La discapacidad derivada —dificultad para vestirse, levantar el brazo, cargar objetos o realizar tareas de precisión— se traduce en días perdidos, más incapacidades y menor desempeño. De ahí la importancia del diagnóstico temprano y la referencia ágil a ortopedia para evitar progresión del daño.

El IMSS subraya que la prevención debe iniciar en los centros de trabajo. La higiene articular, las recomendaciones ergonómicas, el ajuste de cargas, la evaluación de riesgo y la educación del colaborador son pilares que cualquier empresa puede adoptar de inmediato.

Para RRHH, este protocolo es un recordatorio claro: las condiciones musculoesqueléticas no se resuelven solo con tratamiento médico; requieren cultura preventiva, monitoreo de riesgos y estrategias integrales para reducir ausentismo y mejorar la calidad de vida laboral. Invertir hoy evita cirugías mañana.