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La Generación Z redefine el liderazgo: menos estrés, más equilibrio

El liderazgo tradicional pierde brillo ante una nueva mentalidad laboral. Para la Generación Z, el éxito ya no se mide en jerarquías ni títulos, sino en bienestar, tiempo libre y propósito. En 2025, cada vez menos jóvenes aspiran a ser jefes, y las empresas enfrentan el reto de rediseñar sus estructuras de liderazgo.

El modelo de jefe incansable, siempre conectado y dispuesto a sacrificar su vida personal, ya no inspira a la nueva fuerza laboral. En México, una encuesta de OCC reveló que ocho de cada diez trabajadores priorizan el descanso y la desconexión laboral para rendir mejor.

Este cambio se repite a escala global: el Workmonitor 2025 de Randstad confirmó que el balance entre vida y trabajo pesa tanto como el salario al momento de aceptar una oferta. La salud mental, la autonomía y la sostenibilidad del desempeño se han convertido en las nuevas métricas del éxito profesional.

Sin embargo, las organizaciones no están del todo preparadas. De acuerdo con DDI, solo el 20% de los directores de Recursos Humanos afirma tener líderes listos para asumir puestos críticos de negocio. Las razones son claras: el rol directivo se percibe como un espacio de alta exigencia y bajo control, cargado de tareas administrativas y pocas oportunidades de desarrollo real. En este contexto, la Generación Z prefiere carreras no lineales, basadas en la especialización, la colaboración y el propósito, antes que en la jefatura tradicional.

Para las empresas, este cambio de paradigma implica un rediseño profundo. El liderazgo del futuro demandará protocolos de desconexión, flexibilidad horaria y rutas de crecimiento alternativas que no dependan del mando. Además, la coherencia ética y social se vuelve indispensable: los jóvenes buscan trabajar para organizaciones con valores auténticos, que promuevan bienestar real y no solo discursos.

El mensaje es claro: si las empresas quieren atraer y retener talento joven, deberán transformar su concepto de liderazgo hacia uno más humano, sostenible y compartido.