
Lo que nació como una solución de emergencia durante la pandemia, hoy exige regulaciones sólidas y sostenibles. El teletrabajo en México es una realidad, de hecho, la NOM-037 surgió como respuesta normativa para garantizar condiciones seguras y saludables para aquellas personas que laboran desde su hogar. Pero a poco más de un año de su entrada en vigor, cabe preguntarse: ¿está funcionando como se esperaba?
Mientras el modelo híbrido se consolida como el formato preferido para muchas empresas y colaboradores, la implementación de la NOM-037 enfrenta barreras tanto operativas como culturales.
Pilares de la NOM-037
Publicada en 2023, la Norma Oficial Mexicana NOM-037-STPS-2023 establece los lineamientos que deben seguir las empresas cuando al menos el 40% de la jornada laboral de un colaborador se realiza desde su domicilio o un lugar distinto a las instalaciones del empleador.
Entre sus disposiciones clave destacan:
Las empresas deben verificar que el espacio de trabajo remoto cuente con mobiliario adecuado, buena iluminación, ventilación y que esté libre de riesgos eléctricos o estructurales.
Se requiere evaluar factores como aislamiento, carga de trabajo excesiva y desconexión digital.
Las organizaciones deben elaborar un documento formal que establezca derechos, obligaciones, mecanismos de supervisión y reglas de reversibilidad del esquema.
El trabajador debe llenar un formulario detallado sobre su espacio de trabajo y firmar su aceptación de las condiciones.
Se deben garantizar espacios de formación sobre buenas prácticas de teletrabajo y respeto a los horarios laborales.
Panorama actual del teletrabajo en México
Actualmente, el 66% de los trabajadores formales en México ya ha regresado a la oficina de tiempo completo. El modelo híbrido, aunque más extendido que antes de la pandemia, se ha posicionado como una forma de balancear productividad, colaboración y cumplimiento regulatorio.
Un punto a resaltar es que muchas empresas han reducido el porcentaje de trabajo remoto de sus colaboradores por debajo del 40%, con el objetivo de quedar fuera del alcance obligatorio de la NOM-037. Esto refleja una resistencia no tanto al concepto de teletrabajo, sino a la carga administrativa y operativa que implica cumplir con la norma.
A esto se suma una percepción generalizada de que la regulación se adelantó a la realidad. Muchas organizaciones aún están desarrollando sus capacidades internas para operar a distancia, mientras que otras enfrentan limitaciones tecnológicas, culturales o presupuestarias para aplicar la NOM en su totalidad.
En paralelo, los trabajadores también han redefinido sus preferencias. Una investigación de Accenture revela que 83% de los empleados a nivel global prefiere un esquema híbrido que combine trabajo remoto y presencial. Incluso 38% de quienes laboran totalmente en casa desearían regresar algunos días a la oficina, de acuerdo con Gallup. Esto demuestra que el teletrabajo, por sí solo, no es sinónimo de bienestar: requiere estructura, claridad y conexión humana.
Estrategias para un teletrabajo sostenible
En vez de ver la NOM-037 como un trámite o una obligación más, las empresas pueden aprovecharla como una guía para construir modelos de trabajo remoto más saludables, productivos y centrados en las personas. Aquí tienes algunas recomendaciones:
Diseñar esquemas híbridos claros y flexibles, que consideren tanto la naturaleza del puesto como las necesidades individuales del colaborador.
Incorporar auditorías internas periódicas para revisar las condiciones del teletrabajo y generar planes de mejora continua.
Invertir en ergonomía y bienestar digital, incluyendo paquetes de mobiliario, software colaborativo, pausas activas y capacitaciones en salud mental.
Fomentar la cultura de la desconexión como parte de la política interna, estableciendo límites claros al uso de herramientas digitales fuera del horario laboral.
Escuchar constantemente a los equipos, a través de encuestas breves o sesiones de retroalimentación, para ajustar los modelos a la experiencia real de quienes los viven.
Recomendamos adoptar un enfoque integral y preventivo en la gestión del teletrabajo, que permita cuidar la salud física y mental de los colaboradores sin sacrificar el cumplimiento legal ni la eficiencia operativa.
El teletrabajo llegó para quedarse, pero su éxito no está garantizado por la tecnología, sino por la cultura. En Welbe, ayudamos a las organizaciones a transitar este camino de forma informada, estratégica y humana.
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