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De nuevo a la oficina: empresas mexicanas reducen el trabajo remoto
El entusiasmo por el trabajo remoto que surgió tras la pandemia comienza a enfriarse en México. Cada vez más empresas están pidiendo a sus equipos volver a la oficina, impulsadas por la búsqueda de mayor productividad, pero con posibles efectos en la inclusión y el equilibrio vida-trabajo.

Después de años en que el home office parecía consolidarse como el nuevo estándar, los datos apuntan a un cambio de rumbo. Según la Guía Salarial 2026 de PageGroup, el modelo híbrido en México cayó del 40% al 34%, mientras que el trabajo totalmente remoto se mantiene en apenas 14%.
En contraste, la presencialidad recupera terreno y ya representa el 48% de los empleos. De acuerdo con la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh), más de un tercio de las compañías ha solicitado formalmente a sus empleados regresar a las oficinas, y se prevé que en tres años casi dos tercios de los puestos laborales vuelvan a ser presenciales.
Este retorno paulatino no solo reconfigura las dinámicas corporativas, sino también el equilibrio personal de miles de trabajadores, en especial de las mujeres. Durante los años de auge del teletrabajo, muchas encontraron en la virtualidad una vía para conciliar su vida profesional y familiar. Sin embargo, cifras del Coneval muestran que las mexicanas destinan hasta 32 horas semanales a labores domésticas, y otras estimaciones elevan esa cifra hasta 42. Ante un escenario más presencial, los expertos advierten que podría aumentar el riesgo de abandono o migración hacia la informalidad.
Para los especialistas en capital humano, el reto no es elegir entre oficina o casa, sino construir esquemas sostenibles. Políticas de desconexión, horarios flexibles y trayectorias laborales adaptadas a distintas realidades podrían ser la clave para mantener la productividad sin sacrificar el bienestar. En un entorno laboral que sigue redefiniéndose, el futuro del trabajo en México dependerá menos del lugar desde donde se trabaja y más de cómo se equilibra la vida dentro y fuera del empleo.